Mi cuerpo es una ola
que te lleva a naufragar en él.
Allí lates.
Como una abeja en plena faena.
Allí te quedas.
Como una quimera.
Él te da albergue.
Él te da refugio.
Yo te miro en las gradas de mis senos.
Yo te amarro en el néctar de todos mis labios.
Yo te idolatro en el templo
de todos nuestros días:
Los que fueron.
Los que son.
Los que mañana.