¿Es a Dios a quien en la puerta esperas
o esperas por nuestro luto que no cabe por ella?
Suplicante el adiós
sobre tus párpados añejos
la plata se hizo sobre esa mirada
que prepararme intenta.
¡Niña de todos mis días!
La de mi machorro vientre
la de la lactancia ajena
para mi maternidad invisible.
¿Se te hacen largos mis días de ti?
No soy yo, es el egoísmo
que aniquila la llave de tu viaje.
Ya es tu tercera vez en la puerta.
¿Será cierto que la tercera es la vencida?
Lo fue.Ya sin tu cuerpo dormido duermes.