jueves, octubre 31, 2013

En la plaza de ríos y piedras





Tan mía soy
como las palomas de la plaza.
A pura limosnas por las bancas
va el vuelo de la mente.
Me detengo.
Migajas recojo; las suelto.
Me aviento las piedras del tropiezo.
La sombra de un árbol ceda,
baja mis párpados.
Y viajo…
como río...

En el polo contrario
nada sé ya de palomas,
de plazas, de la Iglesia del Pilar
-donde debería entrar
y mi ira arrodillar-.
Solo sé de sales, ¡millones de sales!
Solo sé de… ¡Paraguas!

Aterrizo con el restrello del aguacero.
Vuelvo a ser tan mía, tan vuelo
tan paloma, tan plaza, tan indeleble.
¿Por qué tuvo que llover?


viernes, octubre 11, 2013

La inclemencia





Llaga 
desierto
de aves rapaces

escorpión sonriente
rabia de cangrejo

murciélago en la nuca
yugular antorcha de colmillos y látigos

tortuga sin patas
caricia de cocodrilo
pústula anidada de embriaguez y serpientes
pezuñas en los labios

lluvia de piedras
cloaca
aguijón en la oreja
lodo
erizo en los pies
leña mojada

estampida de bestias
tos en el polvo
ataúd de besos.

FRACASO.