martes, marzo 23, 2010

Después...

Después…

Zumbando;
merodeando en las cenizas
de mi punto medio.

Como la menta:
abarcador, conquistador.

Latiendo brillas
en las esquinas
de estos latidos.

Tuntún
en el mar
de mis bajos cabellos.

Fuego triangular
cuando te piensa
el pasado sueño.

Súrgeme:
atrévete a destronar
tu alocado trueno.

Resuéname:
el beso delirante de tu cetro.

Cual coquí cabalgante
recorre la forestal espesura
de nuestra lluvioso aguacero.

1 comentario:

María de los Ángeles Camacho Rivas dijo...

Cada vez mas,tus ritmos ancestrales y tu fuego eterno encantan este mundo con tus voluptuosos movimientos musicales femeninos. Es una hechizante forma de invitarnos a bailar. Quien puede negarse ante tanta dulzura.
Gracias, Jorge