Después…
Zumbando;
merodeando en las cenizas
de mi punto medio.
Como la menta:
abarcador, conquistador.
Latiendo brillas
en las esquinas
de estos latidos.
Tuntún
en el mar
de mis bajos cabellos.
Fuego triangular
cuando te piensa
el pasado sueño.
Súrgeme:
atrévete a destronar
tu alocado trueno.
Resuéname:
el beso delirante de tu cetro.
Cual coquí cabalgante
recorre la forestal espesura
de nuestra lluvioso aguacero.
1 comentario:
Cada vez mas,tus ritmos ancestrales y tu fuego eterno encantan este mundo con tus voluptuosos movimientos musicales femeninos. Es una hechizante forma de invitarnos a bailar. Quien puede negarse ante tanta dulzura.
Gracias, Jorge
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