jueves, julio 08, 2010

Santos óleos

Quedan pocos días de tu vivir.

En
cáa-
mara
lennn-
ta
-can-sa-das-
ca-
en
tus
ho
jas.

Tus raíces de platino
ahora escaso cabello de plata.

Esa pasión del viento
al que bailabas
a-rrass-tra
un lúgubre bolero:
de paja.
¡Ja!

Que se
a: le: je
de ti
la muerte
que se desa-rrope
de tu lecho
que no te agarre
por el troco
que me permita
barrer tus polillas
apalear la luz
que te ronda.

Dicha era creerte árbol.
Dicha es que no lo eres.

jueves, julio 01, 2010

En el escondite abierto de la memoria

(En agradecimiento a un genio llamado Gaddier)

Un remolino de días
se me ha conglomerado
en la saliva.

Ardedor:; cola de cerillo
entre los dedos.

Des
ten
di
dos
me observan los aromas
en el telón de aquella luz
que nunca más he visto
en el raciocinio.

Por ti
fui mía en esas horas
en las que más te tuve
nuestro universo se mecía
en el prolongado diluvio
de la certeza.

Los aires en los que llegas
nunca te han llevado.

Vigente
descontrolada metástasis
inoportuno espasmo digestivo
imprescindible fachada
del reino que me heredaste.