viernes, diciembre 10, 2010

Ciclópeo


Colosal era el ojo de la aguja
sencillo como multiplicar por cero:
mientras aquellas tibias horas
con la madre de mi madre.

Días en el que dormía oculta
la palabra tímida.
Cabía todo por aquella mirada fina
de campana plateada.

Todo por qué innecesario
todo por qué incomprendido
todo por qué sin acento:
porque en la carencia
nace la abundancia del ingenio.

Las cosas eran como parecían:
un verso idílico con el que
la manca aguja se enhebraba .

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