domingo, junio 05, 2011

Nana para despertar a un reino




The man sleeping on a fire scape (1943); Weegee


Si me ven hablando sola
saludando a la nada que no habita
es que me habla lo mucho
la muchedumbre de  labios en hojas
la provocadora de mi risita escondida.

Saludo a ese pueblo de luz
amo de los cubiertos patrios;
botín  de consuelo

lugar de cucharadita en verde nacarado
taza de mi mesa que es amapola
en la que danzan colibríes
y pastan las aguas.

Mi pueblo apagó la lámpara en pleno día
duerme una larga siesta
descansa apacible engendrando
un descoronado reino

se ha desvestido los racimos de esmeraldas
siembra ocio
mina orgullo
escribe una historia desmemoriada.

Este reino encantado
a veces se despierta 
lúdico con lo ajeno
al extraño acento
le abre las piernas
sin mediar verbo.

Me pregunto si aún sueña.

Su ronquido a pata suelta
espanta la ternura de arrullarlo,
no inspira al ro-ro para mecerlo.

Despierta hombre sin cuna
restriégate la mirada
levántate
estás a tiempo
para recoger pronto
lo poco de lo mucho
que nos queda.



4 comentarios:

Hilda Vélez Rodríguez dijo...

Lo bueno, que la mayoría de nosotros no ha nacido aún y llegará el día del despertar. Hermoso poema, Angie.

María dijo...

Tu poema me recuerda al pueblo dormido. Tenemos tanto sembrado y pocos que cuiden la cosecha.

Irmary dijo...

En vez de restregarse la mirada debería restregarse la mierda. Tal vez así despierte. Bonito poema y disculpa la soez, pero la conformidad que nos habita me enferma.

María de los Ángeles Camacho Rivas dijo...

Gracias por los comentarios. Despertar, pero despertar para actuar.