otra cosa no sabemos hacer. Desde el horizonte echamos al oleaje el adiós.
Se aleja…
Sin aprender a aprehender quedamos y tal vez nos sentimos libres pero secos; tardíos y se nos va el vivir en ese gesto de cinco mecánicos dedos. Ojalá y penetrase el adiós en un caracol que encontrase a tiempo mi oído y me cantase su perdón.
salivar tu nombre sacudir la alfombra desvelada en tu asecho, en tu ilusión …recogerle el polvo de mariposas.
Tal vez me enamoren; me ensueñen.
Y anhelo:
¡Si se me llenara el estómago de ellas!
Juro que acudo a las velas
mas los estruendos no se encienden.
Juro que quisiera amarte
regarme con lo indescifrable tuyo con ese qué se yo que no me convence que no me transpira que no me zambulle, que no me diluye que no me atiende el alma.