Jugamos
otra cosa no sabemos hacer.Desde el horizonte
echamos al oleaje el adiós.
Se aleja…
Sin aprender a aprehender quedamosy tal vez nos sentimos libres
pero secos; tardíos
y se nos va el vivir en ese gesto
de cinco mecánicos dedos.
Ojalá y penetrase el adiós en un caracol
que encontrase a tiempo mi oído
y me cantase su perdón.
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