Cada vez
que sin mí llegas al cielo
se estrujan
las nubes.
No sé qué
es más triste:
los bordados
en la ropa muerta
de botones
sin huellas
o tu
aliento que era
el soplo de
mi canto
que despertar
dormido es
o las
cigarras que eran por tu sol
y no han visto la tierra
o el amor
que solía
que ahora le sirve escarcha a la noche
o el amor desmedido
que mide su talla en soledad…
Maldito y maldicho
lo que no se dijo.
Malditas y malhechas
las arrugas en las nubes.
Todo eso pasa
cuando no nacen las cigarras.
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