No recuerdo la primera vez que me ahogué
la segunda vez la tengo muy presente
porque ese ahogo sucede
ahora precisamente
¡en este preciso instante!
en el que no recuerdo cómo sobreviví aquel.
Desde esa primera vez que me ahogué
han nacido cientos de soles
por eso no recuerdo la primera vez
con la nitidez de este sarampión y su arruguez.
No sé si la primera vez
este trillado mar de
lágrimas
creció sin arca
en el diluvio de esta desazón con dueño.
No sé si la primera vez me gustó este ahogo
como me ha gustado hoy.
Me gusta este ahogo
en el que uno de los dos
tendrá que morirse
aunque sea en un vaso de agua.
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