Me preguntarán
¿A qué hora será
cuántas trompetas te
anunciarán?
¿Estaré en la faena
diaria
y me sorprenderás como
ladrón a cualquier hora?
¿Brincaré de emoción
o caeré de bruces?
(como debe ser)
Quisiera preguntarte sin
importunarte
pues sé que llevas una
vida preguntándote lo mismo
por eso te abrazo a
cada rato
con mi suspiro en
turno
porque así aprendemos
a amar
los que esperamos
desde la distancia.
Aprendemos a echar
nuestro latido
como un ruego, como
una manoelástica
que puede llegar hasta
la puerta de tus ojos.
Aprendemos a echar
nuestro latido
con la convicción del
anzuelo que hallará agua.
Yo sé que tu piel debe
ser de acero aterciopelado
sé de tus horas de
papeles mojados y anhelos inquebrantables
¡y lo sé!:
no porque me lo hayas
o hayan dicho;
lo sé porque yo
comparto tu corazón de flor sencilla.
¿No te asusta tantas
ganas de ti que tenemos?
A mí me aterra que
nadie pueda preguntarme:
¿Dónde estabas cuando
Oscar fue liberado?,
pero más me aterra que
perdamos la esperanza.
(Escrito el 11 de enero de 2017)
(Escrito el 11 de enero de 2017)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario