Somos hoja de papel
y como una hoja ajada,
fuimos relegadas
porque desconocían que ambas
compartíamos la misma historia;
la misma evolución
pero de bambú éramos.
De algo más de tres decenas
eran nuestras libras de presión.
En las fibras de morera
iba nuestro humor circulatorio,
esquivando todos los gusanos de la seda,
y en el cesto nos abríamos
como las orugas.
Comprimidas nos pensaron,
pero mutamos,
y fuimos horizonte:
rosado, amarillo.
Y con exquisito gusto
nos tejimos con hilo de seda:
una fibra restaurada; deseada.
Como Verne,
nos fuimos y llegamos,
y antes de Cristo,
ya éramos
porque para Él nos preparamos
y nos nombraron libro sagrado.
Un emperador chino
nos esculpió del bambú
aniquilando un monopolio real
ese que consintieron
las aguas del Nilo
quienes nos alimentaron
cuando nos disfrazamos de hoja,
la etimología griega
nos bautizó papiro.
viernes, diciembre 26, 2008
miércoles, diciembre 03, 2008
Calendario
Ayer,
luché con la sombra que me perseguía:
tú silueta.
Conté en mis poros miles de labios:
los tuyos.
Tapé el cielo con una mano:
con la otra te acaricié.
Ahora,
mis pisadas buscan un refugio,
andan perdidas en mi propio continente
y no se conectan a tu mar,
ni nadan en la corriente cálida;
esa que sólo ofrece tu abrazo.
Trato de jugar al ajedrez;
sin caballo y sin corona.
Mañana:
Arrancaré con agrado la senil página
de mi calendario actual,
despertaré con sed de olvido
con hambre de respuestas;
igual que ayer, igual que ahora.
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