Intuí desde tus primeros soles
que serías el azul de mi tierra.
Desde aquellos rayos que:
despertaron el principio de mis días
frondaron los suelos de estos mares
olearon todos mis bosques
y durmieron el jamás de mis noches.
Porque desde esos días
-en que formaste este universo-
comenzó el latido de mi aliento.
El diluvio de tu gota
sacudió el barro granulado
donde sonámbula rodaba.
He sido desde entonces
este eros-ionado cosmos
que ahora me habita
mientras me sumerge
en el vientre en el que
se pintan de células
quiméricos vuelos.
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