martes, enero 07, 2014

Citadina





Son tiempos de pintura
en que las brochas son brazos extendidos
del tumulto de las calles
de esas calles atestadas de zozobrantes periódicos.
Son tiempos de tanta música sin música
-chicharras enmarañadas-.
Son tiempos digitales
de un solo mundo, con ciudades deprimidas.
Pero descubrí una Ciudad genuina.
Ciudad: como un manifiesto de mieles
en un tendedero de orquídeas.
Ciudad como un cohete de mariposas encendidas.
Ciudad de descargas eléctricas
en el cielo de los dientes.
Voy a esa Ciudad
con el oleaje de alborotados volantes
como una obrera construyendo primaveras.
¡Oh por favor!: que esa Ciudad crezca
en mi piel, en el crepúsculo de mis ojos cerrados.
Tu boca es esa Ciudad de cláxones azules  
y aceras sin fin para desmayarse.


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