lunes, junio 09, 2014

Pasaje a su mundial de fútbol





Oigo el escrutinio de aves nuevas en mis entrañas.

Ya no tengo mariposas
se han ido como los marineros
sus alas pellizcaban el dormir
insomne me dejaban
trepidando
a la espera del alma de mi amado.
Él me donaba su cuerpo distante
cuerpo teatro
su cuerpo desconectado
cuerpo trampa
su casi cuerpo
cuerpo vampiro
su cuerpo sin lengua azulada.

En el viento de mis greñas
desaté un torbellino para coronarlo
pero jamás contempló mi boca de oro
vaciarse para alimentarlo.

Desbordada de hambre
-¡con la fe una migaja!-
lo espiaba, lo circula,
lo rondaba, lo rondaba…

De tantas vueltas
fui su balón
lleno de patadas
sin trofeo, sin gol, sin red.


miércoles, junio 04, 2014

El Pandora






De cerdos y espejismos
los días aquellos de mi ceguera
alimentada con pesadillas futuras
el amor era alucinación en la sed de la arena
en el oasis inexistente de mi sed me pavoneaba:
¡Exquisita!

Chorreada en éxtasis de bromelias
latiendo, latiendo, latiendo
más allá de la gravedad
más arriba de mis cabellos enjambrados
cegada abeja en carnívora flor.

En su afán de rebasar su maldad
el amado que jugaba a amarme
fingió soñar mi sueño de vacas y praderas
tras la cortina de nicotina y mentiras
pastoreaba en su corral de cochinos y estiércol
en ausente malicia crecían al unísono mis quimeras.

Y de pronto el él Pandora
el Pandora con voz de trueno
el Pandora endragonado
Pandora ciempiés
Pandora monstruoso, violeto, endemoniado
a carcajadas:  Jajaja
¡soy  hombre y no mujer!: dijo
y su caja abrió.

lunes, junio 02, 2014

Al soñador de mi boca




En mí –triturada- pensaba cuando llegaste.
Pero no te vi. No te escuché.
Mis ojos no sabían de los nuevos verbos en el presente.
Mi voz estaba en el silencio
mas pudiste escuchar
cuando posó su mano en su corazón.

Llegaste.
No me percaté.
(Esperaba la ilusión en un viento huracanado,
en un viento que arrancara las raíces adoloridas).

No hubo campanadas de amor.
No hubo flores conquistadoras.
No hubo mariposas desesperadas.
La tarde de tu llegada fue igual
a todas las tardes iguales de mis siglos.

Llegaste con las manos vacías
sin promesas, sin posturas;
por eso no te vi;
no me percaté de tu bálsamo-aroma.
No vi que las flores nacían de tu mirada.
Es que estaba maltratada, encapsulada
en cuarentena…

¡Hombre sabio!:
te arrancaste tus oídos pacientes
para que encontraran mi alma
para que soñaran mi nueva palabra.

¡Escúchala!:
ha nacido para declarar
el beso que me has hecho anhelar.