martes, mayo 03, 2011

Del sobrecalentamiento y sus consecuencias





He notado como el cultivo
se hace maíz en palomas enanas
y cómo se han inundado de cascarones  
y piares los paisajes.
Ya me lo advertía
la envidia en la estrella incendiada:
¨no insultes mi enérgica faena
con el sol instantáneo de tu huella¨.

Antes, el monosílabo y yo
compartíamos el desalojo
de prosódicos y ortográficos.

Naciste.
Han muerto las reglas
las tildes adornan todas sílabas
desde que en mi hondura
fue tu palabra retrueno y salivar.

¿Escuchas mi á-í-í?

Vapor: víctima condensada
hacinado efluvio que rebota con tu eco
la humedad de mi centro hacia la gente.

¡Mutis!
A ahuyentar  el rubor en mi linaje
pues enfermos de gemidos me aúllan los bramidos
burbujean mis sales, bullen los turquesas
y bravean febriles mis voces.

¿Escuchas otra vez?

Si aún no ardes,
al fuego no llames.

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