lunes, mayo 26, 2014

Qué obsesión de extrañar lo que nunca tuve



Y tantos platos,
y tantos vasos y copas y servilletas y tenedores
y tardes de mesa nuestra
y tardes de oraciones:
y que si gracias por los alimentos
y que todos puedan comer
y que si Amén.

Y al otro día la otra tarde
y la misma mesa
y tu misma oración de gracias
y de nuevo el alguito para comer
y de nuevo: bendice las manos que cocinaron
y ningunas flores
y ninguna mano tuya sobre la mía
y ningún gracias por esta mujer a mi lado
y ningún gracias tuyo por cada tarde a tu lado
y ningún gracias tuyo por el amor de la pareja
y ningún te amo para tu pareja
y ninguna tarde más.


3 comentarios:

Luis Carvajal Nuñez dijo...

Excelente poema.

Norberto dijo...

Sencillamente bello...tanto en tan breve!

María de los Ángeles Camacho Rivas dijo...

Agradecida por sus palabras. Bendiciones.