domingo, septiembre 12, 2010

Apática

Aprovecho estos cinco minutos de lucidez
para escribirme:

Debes sentirte así
-como ahora-
más a menudo
-pero no perpetuamente-.

Tu caminar está extraviado, desconectado
tu cuerpo demasiado relajado.
Por eso se te ha antojado
echarte a un lado fuera de tu lado
-y:-
¿qué has alcanzado?

Mucho de nada.

Lo opuesto:
Por el agujero de la vida
se te ha ido la poesía:
el arrebato.
Se te han desparramado entre las manos:
el ímpetu embriagado, el viento de mariposas,
los truenos de los zapatos,
el aire de tu falda.

¡Regresa!
¡Despierta!
Zurce el saco
haz aguacero
con la sal
de su carga.

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