Ocaso de ti
sin la suma del todo que eres
con la clarividencia
de ninguna revelación
-otra-
con una sola copa
con la boca árida
con las ideas cerradas
a una nueva estampa
has invadido la vasija
donde ya te has vertido
-¡se me está derritiendo el afán!-
ahora sudas de ella
con la energía de mis manos
que de nuevo te brotan
estoy en vigilia
apagando los ojos
para implorar
que llegues a alumbrarme
que llegues a apagarme
que llegues a esparcirme
con la antorcha que portas.
Expándete en mi pebetero.
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