Esas cositas vitales para la anatomía
como las uvas, el arroz, el pan o el café
nunca deben ignorarse.
Esas cosas que te van amansando lo interior
como el agasajo, el paisaje, o lo extraordinario
jamás deben ser constantes.
Esas cositas te nutren
la risa y pulen la piel.
Esas cosas te reviven
te hacen el día o la noche
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