Me he esculpido
en un hilo de mármol.
Con el cincelelado he logrado
el centelleo de mis ojos
un sembradío de frutos
en mis pechos
y el tierno insinúo
de los labios entornados .
Tengo una capa de marullos florecidos:
son mis cabellos.
Me he labrado una mente iluminada
y un corazón bombeante de versos.
Oferente escultura soy.
Pigmalión:
¿Eres merecedor
de la inscripción?
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