miércoles, septiembre 22, 2010

Poema de una noche de introspección

Se vuelve a llenar la casa con tu lejanía.

Sé que es inútil;
que ni una gota de lluvia
te derramará por mis pestañas.

Vanamente espera la nostalgia
cuando mi corazón late acordonado.
El pecho cruje: cruje;
des-pedazado como suspiro.

El eje de mi casa está inmóvil
pétreo como un trueno.

Sonámbulos mis calcetines
en un infinito e infinitivo
despertar
recorrer
des-vi-vir.

Tú, obrero de mi muralla de angustia
tu sudor has desperdiciado.

Con varios muros
cercas el fortín diamantado
donde me guardo.

El amor es mi guarida:
se eleva más allá de la muralla.

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