Esta mortaja que ruede…
¡Lejos ya!: lo rancio de la
vía láctea.
Duele la lentitud de la
marejada
-no se retira-
es un lloro de sábanas
un cronómetro de sabandijas
en los secretos secretos.
Que no se sepan:
mis pensamientos compulsivos
mis escondidos gritos en la sonrisa
mis artes marciales con el
sueño
mis inertes momentos en la
penumbra
mi amor de siete días
mi boxeo con Dios y sus
designios…
Evito las palabras
mas llegan como una carrera
de agua
a estos versos que nada guardan.
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