(A: Tito Vargas)
Alma diáfana
limpia melodía de niño soprano
la miel de su nota es beso
en el ardoroso hombro de las desilusiones.
Como el más natural de los reflejos
el perdón, la ternura
van por tu fe-sendero:
ruta de conmovedor ejemplo.
En tu humildad
no revelas tu secreto.
Y lo digo al oído:
se perfuma la paciencia con tu esencia
de testigo acude
la jirafa de la sangre larga.
Sé que sabes a suspiro y abrazo
es por eso, -¡con esa misma fe tuya!-
riego avergonzada esta nota en tu puerta:
Esperanzada en que el amor me eleve a tus alturas.
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